miércoles, 26 de octubre de 2011

PELUSA 2

Voy a contaros cómo perdió Pelusa su tupé...

Como ya os dije, Rocky le tenía un poco de envidia a Pelusa, y... ganas de comérsela y esas cosas ja, ja, ja. Siempre que Rocky se acercaba a su jaula se ponía a ladrarla, ¡y la tonta de Pelusa se asomaba para verle! Yo tenía miedo de que un día Le pillara una orejita y se la desgarrara, porque ya os digo, era tonta. 

Todos los años había que tener muchísimo cuidado para que Rocky no andara suelto cuando soltábamos a la coneja con su correa por la finca. Al menos yo quería seguir manteniéndola con vida.

Un día en casa, después de oir ladrar al pesado de Rocky un rato, vino al salón... con un mechón de pelo blanco en la boca. Corrí a ver a la coneja. Estaba metida en su casita. La saqué y comprobé si estaba bien. ¡Oh! Ya no tenía su gracioso tupé. Algo tenía que pasar. ¡No debió acercarse a Rocky cuando éste la ladraba...!




 


¡EL PRÓXIMO DIA MÁS!

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