¡Hola a todos!
Voy a escribir una nueva entrada en este blog. Os voy a hablar sobre varias anécdotas que he vivido con los animales de Carmen, pues como ya habeis comprobado, este blog habla sobre ellos.
De la primera de la que os quiero hablar es sobre Zara. Ella es una perra peculiar. Parece pequeña, pero tiene un carácter… A la pobre le ha pasado de todo en este año que le he conocido.
La anécdota que os quiero contar empieza así: Zara estaba malita y le habían puesto un collarín. Fui a ver a Carmen y así aprovechaba y le hacia una visitilla a Zara para ver como se encontraba. Cuando la vi pensé “Parece un embudo”. Ella estaba subida en la cama, mientras que yo estaba sentada en el suelo, como de costumbre. Tenía hambre y yo tenía cosas para comer y le fui a dar una. Al saltar de la cama y coger el trozo de jamón que tenía se le quedó la cabeza con el collarín enganchado en el suelo. No podía levantar la cabeza. Fue muy gracioso. No me había reído más en mi vida.
Del segundo del que os quiero hablar es de Charly. Es el perro ideal y es el más cariñoso que he conocido en toda mi vida. Lo amo ja, ja, ja.
Lo que os quiero contar de el es su manera de retorcerse cada vez que quiere que le hagas caso. No he visto nada parecido. Primero se tumba boca arriba en el suelo. Luego se retuerce tanto que su cuerpo toma forma de “S”. Algo poco creíble pero os puedo asegurar que es cierto. Pero no contento con eso, levanta sus cuatro patas. Es algo sorprendente y a la vez graciosísimo.
Del último del que os quiero hablar será de Harry. No es exactamente de Carmen pero es de su hermana Pilar y lo consideran parte de la familia. No lo conozco mucho, pero conviví con él un fin de semana.
La anécdota que os puedo contar de él es que cuando estábamos cuidándole el fin de semana que yo pase con él y con Carmen en Segovia fuimos a dar un paseo con él. Nos metió sin querer por uno de los caminos más complicados y que acababa en una barriada en la que nosotras, por lo que se veía, no teníamos nada que ver. Nos asustamos un poco pero todo se quedó en eso. Menos mal, ahora lo pienso y me rio.
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